Wednesday, 09.08.2017 - Fundación Friedrich Ebert

Segunda Mesa Sindical de Jóvenes

Para esta segunda sesión de trabajo, los jóvenes sindicalistas conversaron con Álvaro Cálix, del proyecto regional Proyecto de Transformación Social-Ecológica de la FES y Catalina Cifuentes de la Fundación Decide

¿Cómo se puede caracterizar el modelo de desarrollo en Latinoamérica? ¿Se puede superar ese modelo de desarrollo? ¿Cuáles son probables respuestas desde el progresismo?

Estas preguntas dieron inicio a la segunda sesión de trabajo con jóvenes sindicalistas en la Mesa Sindical de Jóvenes, realizada el pasado 9 de agosto en la FES en Santiago de Chile.

Álvaro Cálix, coordinador regional del Proyecto de Transformación Social-Ecológica de FES en Sudamérica, y Catalina Cifuentes, presidenta de la Fundación Decide, fueron quienes desde sus experiencias guiaron la discusión con los y las dirigentas sindicales participantes de la actividad.

Álvaro inició la conversación señalando los modelos en los cuales los diversos países de la región han transitado desde el comienzo de su inserción en los mercados internacionales (desde 1870 aproximadamente hasta la actualidad) en un cambio desde el agroexportador –donde el rol de los puertos era fundamental-, la sustitución de importaciones -promovida por CEPAL, donde se observó el crecimiento de las ciudades, olvidando el agro, quien siguió produciendo pero a un menor valor-; modelo neoliberal –donde la propuesta era abrir el mercado a la inversión extranjera, quienes reclamaban nuevamente materias primas pero incorporando demanda de mano de obra a bajo costo-, y finalmente un modelo que vuelve al extractivismo pero bajo un control de gobiernos progresistas, que aumentan los impuestos o tienden a nacionalizar ciertos recursos estratégicos, pero sin superar el modelo basado en la explotación de materias primas.

A partir de esta reflexión, Catalina, quien junto a DECIDE ha trabajado en zonas de sacrificio en la región de Atacama, señaló que dada la no superación de esta sobreexplotación de materias primas se coarta el crecimiento social (incluido el sindical), observando estas prácticas tanto en la minería o el forestal.

La discusión prosiguió sobre el rol del Estado en la posible superación de esta condición, señalando que la existencia de instituciones como el Ministerio de Medioambiente, lejos de promover una agenda diferente ha servido como observador pasivo y facilitador de este modelo.

Sobre el rol del sindicalismo en este proceso, observan cómo las formas de organización del trabajo, junto con el crecimiento y el desarrollo tecnológico, construye mercados de trabajo a bajo costo, yendo hacia mercados de poca regulación, generando un modelo en el cual los trabajadores transitan hacia informalidad o flexibilización laboral –muchas veces sin posibilidades de sindicalización- generando una tensión entre capital y trabajo, el cual desde la propuesta de superación del modelo exportador de materias primas, comienza a transitar hacia una tensión capital-territorio.

Catalina fue enfática en la necesidad de generar alianzas desde el sindicato y sus dirigentes con las demandas locales y las organizaciones medioambientales, quienes en conjunto pueden trabajar hacia la superación de esa tensión capital-territorio, dado que enfrentan situaciones comunes como la dicotomía que se establecen en comunidades afectas por la instalación de empresas que afectan el medioambiente y la calidad de vida de las comunidades adyacentes, pero que a la vez son entendidas como fuentes de ingresos económicos tanto directos como indirectos a raíz de la explotación de los recursos.

Estas reflexiones dieron paso a las intervenciones de los asistentes, quienes señalaron desde sus organizaciones, como la portuaria o el sector público, cuales son los roles que poseen las organizaciones para la promoción de una defensa de los recursos económicos con el crecimiento local.

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